NUESTRA HISTORIA
Encina Blanca de Alburquerque es más que una bodega o un vino, es un proyecto muy personal que comenzó con la búsqueda, entre los viñedos centenarios del municipio de Alburquerque, de las variedades tradicionales en la viticultura de la zona, que plasman a la perfección el concepto de terroir, donde cada vino expresa los matices y singularidades propias de la variedad y la zona de elaboración.
La tradición vitícola de la zona, con sus raíces en el imperio romano, tuvo su máximo apogeo durante el siglo XV, cuando sus vinos fueron deleite para la corte del Rey Juan II de Castilla. Durante más de diez años, Encina Blanca de Alburquerque ha identificado y reproducido estas variedades milenarias, algunas de ellas únicas en el mundo, en viñedos ecológicos, con los que elaborar vinos únicos y excepcionales. La colección de nuestros vinos supone un homenaje a variedades que han sido históricamente olvidadas por su poca producción, su complicada viticultura y su especial elaboración y que los gustos actuales, por su singularidad, han rescatado.
Encina Blanca de Alburquerque elabora producciones muy limitadas y exclusivas de sus vinos de alta expresión, bajo condiciones de cultivo ecológico, preservando los viñedos, favoreciendo que la naturaleza siga su ciclo y asegurando su máxima expresión.
